Inglesa llamada Natalie Rawnsley de 37 años viajó junto a su esposo Stewart y sus dos hijos de vacaciones a la isla Corfú, en Grecia, sin imaginar que ahí encontraría un inesperado final.
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Natalie, fue víctima de una intoxicación alimentaria que se salió de control y solo en 36 horas después de consumir unos bocados de pollo crudo, murió.
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La noche anterior Natalie comió parte de pollo que estaba cruda, al día siguiente, Natalie murió ya que producto de la infección se le formaran coágulos de sangre en todo su cuerpo y se bloquearan sus vasos sanguíneos.
La doctora, quien realizó la autopsia a la mujer, dijo que “la sangre no fue capaz de coagularse adecuadamente, se coaguló mucho y al mismo tiempo”.
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